Soñando-Despierto

jueves, diciembre 15, 2005

Por una Izquierda Unida y Joven

Jóvenes de IU-Chamberí queremos aportar desde la lealtad más irreprochable (y que no permitiremos que nadie cuestione) a lo que representa el proyecto original de IU (que entendemos irrenunciable), toda nuestra ilusión, todo nuestro vigor pero principalmente todo nuestro compromiso personal, social y político expresado en nuestro infatigable trabajo en el seno mismo de la organización y en muchos otros ámbitos.

Como jóvenes, somos rebeldes y críticos pero no de forma arbitraria, y es éste el momento en que tenemos el deber de denunciar lo que no nos gusta ni nos parece aceptable porque daña aquello por lo que luchamos y nos hemos comprometido sin medias tintas hace ya tiempo: Izquierda Unida. Nuestra crítica es pues, en el mejor sentido posible de la palabra, una crítica constructiva. Es tiempo de construir y no de demoler, es tiempo de corregir para mejor crecer, es tiempo de sumar y no de dividir. Nuestra crisis es política y de representatividad social pero nace de una debilidad. Y nuestra debilidad no está en un mensaje caduco o equivocado, que en absoluto lo está, sino en la escasa credibilidad que proyecta en la sociedad una organización que se llama Unida pero se presenta a sí misma dividida. Esta organización, Izquierda Unida, no va a languidecer ni mucho menos a desaparecer porque no lo vamos a permitir. IU necesita mejoras organizativas de alcance que vayan mucho más allá de una carta financiera, instrumento necesario para nuestra viabilidad económica, pero no suficiente.

La principal mejora organizativa que debemos exigirnos es la de la unidad. ¡Unidad YA! Unidad de acción en torno a propuestas e ideas políticas concretas, programáticas si se quiere aunque no solamente, de amplio calado social y que respondan a los problemas e intereses de las personas reales. IU tiene que ser EL movimiento político-social de izquierdas de referencia en nuestro país. Las personas que elijamos para dar voz ante la sociedad nuestras ideas y nuestros programas no deben resultar un problema. La dirección será nuestra voz común en la sociedad, nuestra coordinación interna ante ella. Si todos elaboramos colectivamente la política que queremos hacer, si todos estamos de acuerdo en lo que nos enfrenta a la derechona descarada, neoliberal y agresiva del PP y en lo que nos distingue del centroizquierda titubeante y tibio del PSOE ¿qué nos impide sintetizar nuestros matices en una propuesta unitaria y robusta de izquierda radical? Si permitimos que los matices tengan rango de diferencias que nos enfrenten, entonces es que Izquierda Unida nos estará importando poco, y le estaremos haciendo el juego a nuestros peores adversarios.

Desde su nacimiento, en nuestra propia articulación organizativa federal, somos un proyecto donde han tenido cabida culturas políticas y sociales diversas pero compatibles, y así debe seguir siendo. Lo que no aceptamos ni aceptaremos es la lucha rastrera e intestina entre personajillos que han olvidado lo que tendrían que estar haciendo en política y han traído sobre nosotros el descrédito y el retroceso electoral y social. Que tales irresponsables admitan su culpa y se retiren del primer plano es condición necesaria para la regeneración política de este proyecto. ¿O es que han olvidado que no es de Pérez o Fernández sino de Política en mayúsculas de lo que debemos debatir? ¿No comprenden que no es la vanidad o el poder personal sino el proyecto político y social mismo lo que está en juego? ¿Tendrán algún día la madurez suficiente que les permita dejar a Izquierda Unida siquiera empezar a ser?

Admitimos que tenemos mucho que aprender de compañeros que hasta hoy han ostentado responsabilidades en el seno de nuestra organización pero queremos transmitir también que queremos aportar valores específicos que nos son propios para enriquecer las propuestas de IU. Quede claro que no buscamos espacios de poder porque sí, ni la vanidad siempre estéril de un afán de protagonismo: muy al contrario, en nuestra intención late siempre la voluntad de encontrar la mejor forma de servir al proyecto común.

Así, Jóvenes de IU vamos a aportar lo mejor de nosotros para superar las divisiones injustificables que no debieron darse y en este sentido proponemos colaborar activamente en la elaboración colectiva de propuestas políticas de síntesis que conecten eficazmente con los problemas y preocupaciones de la juventud trabajadora y estudiante, progresista y avanzada, a menudo socialmente comprometida en multitud de movimientos altermundistas de todo tipo. Propuestas concretas que den respuesta a los problemas que más preocupan a nuestra juventud y que giran en torno al empleo digno y con derechos, la vivienda social pública en oposición a la especulación inmobiliaria que hipoteca su futuro, una enseñanza laica y pública de calidad, la lucha contra la pobreza, una política de paz y antiimperialista, la protección decidida y tangible del medio ambiente, la defensa en definitiva de los derechos humanos individuales y colectivos. Jóvenes de IU vamos a demostrar responsabilidad y madurez políticas trabajando solidariamente, codo con codo, desde las bases hasta la dirección, con todos los hombres y mujeres de IU que creen decididamente en el relanzamiento de nuestro proyecto político unitario.

La centralidad en nuestro discurso de los valores del socialismo y la izquierda, de una aguda conciencia de clase si se quiere, no es ni ha sido incompatible en estos 18 años de existencia con otras vertientes que hemos incorporado como actualización de nuestrad propuestas a la sociedad. El debate de colores es falso: Izquierda Unida los acoge hace tiempo en su seno porque nadie que fuese consecuentemente de izquierdas podría negarse a ser a la vez y en cierta medida feminista, pacifista, ecologista, respetuoso con la igualdad de género o libertario. Izquierda Unida no puede romperse por negarse a aceptar la pluralidad que precisamente le da implantación en tantos sectores sociales y credibilidad política. Es en torno a la pluralidad, sintetizándola y asumiéndola, que los jóvenes pensamos construir, y pedimos que se construya, la imprescindible unidad.

Nuestro proyecto es el proyecto mismo de IU, un proyecto de movimiento tan político como social, alternativo, radical y transformador que nos sitúa con claridad enfrente del neoliberalismo agresivo e imperialista de la derecha. El nuestro es un proyecto que apuesta decididamente por un socialismo democrático que ponga todos los intereses, económicos incluidos, al servicio del ser humano y su dignidad, con los derechos humanos como componente irrenunciable y vertebrador de todas nuestras reivindicaciones. Jóvenes y compañer@s: concebimos nuestro estado como un estado solidario, federal y republicano donde primen los valores laicos de ciudadanía con derechos sociales avanzados desde el nacimiento, de educación pública de calidad, de cultura de todos para todos, de redistribución equitativa de la renta y la riqueza, de defensa de lo público y de ecología.

IU puede dignificar la política de este país siendo una organización ejemplar y referente de participación democrática, liderando un proyecto de izquierdas atractivo y transformador que sirva de referente social y atraiga los esfuerzos de las vanguardias más progresistas de nuestra sociedad, en una lucha común y sin cuartel por la dignidad humana y la justicia social, en el ámbito del respeto a la naturaleza, la lucha contra la guerra, y el respeto a los derechos de minorías y sectores marginados de la sociedad. Consideramos que estar con los sectores de nuestra sociedad más radicales de izquierda, abiertamente progresistas y exigentes, incluso subversivos o anti-sistema, no supone un riesgo de marginalidad sino que, por el contrario, nos centra y renueva en nuestra misión de transformar la realidad. Como jóvenes no podemos dejar de ser rebeldes y radicales en los derechos, en los contenidos, en las formas también. De lo contrario, o no seríamos jóvenes o estaríamos políticamente muertos.

Pensamos que el proyecto de IU no se agota en ninguna sigla, corriente o partido que pueda darse en él, por muy importante que cualesquiera de ellos sean. Por el contrario, IU los trasciende, incorporándolos a un movimiento mucho más amplio y que debe ser necesariamente plural a la vez que fuerte socialmente. Ni somos ni queremos ser un partido político al uso, de los que convierten el ejercicio de la democracia en márketing personalista degradando así el debate político. IU es soberana, y como tal decide relacionarse con organizaciones, movimientos y personas cercanos a nuestra forma de pensar. Estas relaciones, lejos de enturbiar nuestro proyecto, deben enriquecerlo y potenciarlo, haciéndolo visible y creíble ante sectores cada vez más amplios de nuestra sociedad y también en el ámbito internacional.

Nos interesa que en los procesos asamblearios inminentes se rehúya el debate de nombres y se vaya a la síntesis de ideas, ya que lo importante no son los portavoces que elijamos como dirección, sino las propuestas que deben trasladar a la sociedad. Nosotros, Jóvenes de IU, declaramos que huimos del personalismo fetchista en torno a un líder, y que es posible la defensa limpia y democrática de unos ideales sin caer en un culto a la personalidad que defrauda siempre. Reclamamos reformas organizativas profundas en un sentido verdaderamente democrático y participativo, con mecanismos claros y funcionales que lo garanticen desde la base misma de la afiliación y las asambleas, y que nos conviertan en un referente en este país.

Los jóvenes de IU no entenderíamos una falta de confianza hacia nosotros o las ideas que, desde una sincera y grave preocupación y con profunda lealtad, estamos proponiendo. Nuestro trabajo en IU, intenso y comprometido, merece ser tenido en cuenta como factor imprescindible de renovación de Izquierda Unida como organización de Izquierda joven. De lo contrario, la esclerotización y la crisis se agravarán quizá de forma irreversible, y careceremos entonces de la motivación e ilusión necesarias que ahora, por suerte, tenemos. Lo estamos diciendo con voz firme y clara: ¡dejadnos ayudar!

Compañeros y compañeras todos, los jóvenes os decimos, os pedimos, ¡os reclamamos!: ¡que no se cierre en falso esta crisis! ¡No más familias, no más corporativismo, no más luchas de poder en torno a nombres! ¡Que la Asamblea regional de Madrid primero, y la extraordinaria Federal después, sirvan para afrontar con toda la PROFUNDIDAD y SERENIDAD posibles un debate necesario del que nazca la Unidad en torno a una línea política de TODOS! ¡Que no sean un trámite que sirva a nadie para salvar su cara sin salvar lo que importa, Izquierda Unida! ¡¡Salvemos a IU AHORA entre todos!! Es posible.