Soñando-Despierto

sábado, julio 07, 2007

Capitalismo Es Odio. Hacer del Capitalismo Historia


Definiremos al Capitalismo como el sistema económico originado por y causante del odio de unos seres humanos hacia otros. Veremos que esta afirmación, por radical que pueda parecer en un primer momento, es ajustada a la verdad histórica y a la realidad política, social y económica del mundo actual.

El capitalismo es un océano de corrupción política, produciendo explotación infantil, esclavitud sexual, comercio de armas de destrucción masiva, tráfico de estupefacientes, especulación inmobiliaria, usura hipotecaria y crediticia, eliminación de la biodiversidad y el entorno natural, rapiña financiera, etc. Sólo mediante el rencor en forma de miedo mentiroso al diferente logra el capitalismo introducir la desigualdad entre iguales, basando los objetivos vitales de las personas en algo tan absolutamente carente de Valor como es el dinero. Es objetivo evidente del capitalismo dividir a seres iguales en Derechos desde la cuna hasta la tumba, separándolos en clases sociales por su riqueza acumulada y estableciendo relaciones de dominación-servidumbre inconcebiblemente perversas. La sociedad resultante es finalmente una pesadilla insoportable llena de injusticias y mentiras.

Toda desigualdad, como todo egoísmo, tiene su origen en el desprecio y el rencor de una minoría de cobardes espiritualmente enfermos hacia una Humanidad, esencialmente sana, que anhela desarrollar su existencia con Dignidad, Derechos y Fraternidad. El capitalismo, para mantenerse, debe pues fomentar la desigualdad y la falta de derechos, la opresión de unos hombres sobre otros mediante los mecanismos profundamente retorcidos del mercado y el dinero. Mecanismos decididamente antihumanos, por otra parte.

Por tanto, reiteramos, el capitalismo hediondo se nutre de odio y lo aumenta, y ese odio deliberado y multiforme que nos asquea y que rechazamos hasta la última fibra humana de nuestro ser se expresa en violencia, miedo, desigualdad, desconfianza, competitividad, humillación, explotación, opresión, sumisión, desinformación, tortura, incultura, guerra, alienación... a nivel tanto individual como colectivo.

Por humanos, sobre todo por humanos que eligen amarse, nos declaramos rebeldes al capitalismo y a su odio inherente. Miles de millones de hombres y mujeres sanos de espíritu, que constituimos la aplastante mayoría de una Humanidad digna de tal nombre, que inspiramos nuestra existencia en la vida y el amor, nos preguntamos ante todo y cada vez con mayor fuerza cuándo llegará el día en que finalizará esta pesadilla y nos podamos desembarazar de esta carga sistémica que nos esclaviza a la nada del dinero y el materialismo.

Cuesta creer que tantos vivan tan alienados, alucinados y sumisos, siguiendo las reglas antihumanas de un sistema tan carente de rigor, tan poco serio, como el juego del Monopoly. Un sistema con una economía controlada dictatorialmente y al servicio de los más canallas, regida por normas tan contrarias a la lógica y azarosas como las de un casino de mala muerte. Resulta demencial un sistema basado en ver quién roba más y mejor acumulando riquezas a costa de la tortura y destrucción de sus semejantes. ¿Cómo pueden odiar tanto unos hombres a otros que ni siquiera conocen hasta el punto de sacrificarlos como corderos día tras dia, hora a hora, minuto a minuto? ¿Tanto valen esas cuentas astronómicas en Suiza que en realidad lo que representan es indignidad superlativa y traición máxima al concepto mismo de Hombre? Ellos los ricos, son los verdaderos esclavos de su egoísmo, pues han perdido la libertad que nos hace a nosotros los humildes, Hombres, y han elegido encadenarse a la servidumbre al dinero que los degrada en bestias cargadas de rencor.

Hacer del Capitalismo Historia

Siento y pienso que tenemos una responsabilidad colectiva y personal: hacer del capitalismo historia o, lo que es lo mismo, hacer posible otro mundo. Si entonces (decíamos ayer...) se subrayaba la importancia que tiene para el ser humano luchar contra la alienación, hoy eso se puede ubicar en el término empoderamiento. Al final, propugnamos una auto-liberación interna que conduzca a una liberación de las cadenas que oprimen esencialmente a los más débiles pero que obceca las mentes de todos en un sistema que supedita la dignidad humana al dios del dinero. Somos plenamente conscientes de los peligros que supusieron en el pasado otras utopías de liberación mal realizadas, pero también sabemos cuál es la vacuna, el origen y la meta: todos los Derechos Humanos para tod@s.

Ha llegado la hora de materializar la rebeldía. Sabemos que no nos da la gana aceptar el status  quo sistémico y sabemos contra qué luchamos. Estamos convencidos de que es posible una democracia radical que sea la expresión de las libertades y los derechos humanos. Sabemos de dónde partimos y asumimos nuestros bagajes históricos, con sus fracasos y derrotas, como fuente de lecciones pero también de legitimidad e impulso hacia el futuro. Por ello, en nombre de la clase trabajadora cotidianamente explotada, de los niños y mujeres condenados al hambre, la esclavitud, la prostitución y la guerra, nos oponemos absolutamente a los designios de los capitalistas. Estos capitalistas son los indignos contra los que ayer, hoy y mañana nos levantaremos los indignados de todo el mundo. Estos son los corrompidos que se afanan en corromper con su inmoralidad a más hombres para convertirlos en las marionetas que necesitan para satisfacer sus más horribles y bajos apetitos.

Este sistema de odio y muerte es insostenible y no ha de caber duda de que los hombres y mujeres que creen en la vida y el amor lo vamos a derribar. Nuestra fe en el ser humano y en su espíritu, que ha alentado todos los intentos históricos por mejorar la sociedad y las relaciones humanas, en un ser humano nuevo, libre y gozosamente vivo, será el motor de nuestra esperanza y de nuestra lucha. Elegimos creer en la vida mejor posible y libre para todos y le vamos a ganar la partida al capitalismo que es un producto de hombres degenerados aparecido en una fase transitoria de crisis de la Humanidad.

Nunca podrá entenderse que ancianos egoístas y amargados, con cara de mala leche, enfermos de odio, integrismo y muerte como Bush, Sharon, Cheney, Wolfowitz, Pearle, etc. manden al matadero a civiles inocentes jóvenes y llenos de esperanza, generosidad y vida. Desembarazarnos de su maldad es hoy una necesidad de primer orden.

Nuestra fuerza está en gritar y llevar a sus naturales consecuencias que no nos da la gana someternos a nada de esto. En desobedecer de manera sistemática y con insolencia digna cada una de las reglas impuestas por la fuerza para encadenarnos a la esclavitud del dinero. Es éste un sistema desnaturalizado y perverso que ante todo busca deshumanizarnos convirtiéndonos en máquinas sin voluntad ni capacidad de crítica, en sirvientes sumisos a los intereses bastardos de los amos y señoritos de siempre. Mediante la guerra continua, la mentira, el terror y la coacción, pretenden imponer a la mayoría sus torvos y pestilentes designios de muerte y odio. Su criminal rencor hacia lo humano les ha llevado a imponer una colosal dictadura económica que ahonda superlativamente las desigualdades, niega los derechos que son nuestros por haber nacido humanos y condena a una vida de sufrimientos espantosos precisamente a los mejores y más buenos.

Nuestra sed de justicia (que nace del amor que nos tenemos) no se apagará jamás. No hace de hecho sino crecer. Los monstruos sin corazón que nos despedazan en Irak, Afganistán, Palestina entre otros muchos lugares y que explotan niños en Latinoamérica, África o Asia, van a tener que responder de sus hediondos crímenes contra la Humanidad y ante la Humanidad.

Mediante mecanismos tan viles y nefastos como el mercado "libre" (libre para destrozar vidas), la competitividad (para enfrentar entre sí individuos y naciones que vivirían armoniosamente si se les dejase), el individualismo (para destruir la solidaridad e igualdad fraternales que nos unen) y el dinero (deidad insaciable a cuya voracidad sacrificar millones de vidas de esclavos asalariados), el capitalismo ha devenido en la forma económica global por excelencia depredadora de la Humanidad y del planeta.

Frente a la competitividad oponemos la cooperación desinteresada entre hombres y pueblos. Frente al "libre" mercado que compra y vende sin rubor vidas humanas al peso, oponemos la planificación justa, democrática de la economía y la distribución igualitaria de la riqueza que generamos y nos corresponde. Frente al individualismo estéril que mata nuestro espíritu, oponemos el sentido de pertenencia fraternal y gozosa al colectivo humano y nuestra pasión, santa, de buscar ante todo la felicidad de l@s demás. Frente a la alienación de la sumisión embrutecedora y esclavizante al dinero nosotros oponemos el poder emancipador de nuestra libertad de potenciar por todas partes el gozo de promover la Vida, plena, digna y colmada de todos los derechos para tod@s.


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