Soñando-Despierto

lunes, enero 15, 2007

ETA No Es De Izquierdas


Lo ha dicho Llamazares. El último comunicado de ETA es un “dechado de mentiras”. Pura basura, en realidad a poco que nos esforcemos en leer su contenido. Nadie menos autorizado que ETA para hablar de “soberanía”, “proceso democrático” o “autodeterminación”. Desde luego, ni "liberación nacional", ni organización "socialista", ni "revolucionaria" ni casi "vasca". Más bien capitalistas de las bombas y reaccionarios. La tregua perversa que anuncian sobre la sangre fresca de la clase trabajadora inmigrante es, ciertamente, inaceptable y hiede. No queremos esa tregua de la sangre, la violencia y las bombas. Que se la quede ETA, y Batasuna si así lo elige. Más que nunca, con la mayor racionalidad hay que proclamar alto y claro, para que a todos se les caigan las vendas de su cobardía, que ETA es una organización totalitaria y miserable, la opresora por excelencia del pueblo vasco y la enemiga más atroz de los derechos humanos y de todo lo que representa la Izquierda. Sobre todo, ETA no es de ninguna manera una organización socialista ni de izquierdas. Es una organización totalitaria y camorrista enemiga de la izquierda y de todo lo que la izquierda defiende y representa. Es enemiga de los ciudadanos libres, es enemiga de la democracia, es enemiga del diálogo y de la paz. Fijaos que el PP no es enemigo nuestro, es adversario en todo caso, pero la ETA que asesina sí es enemiga de la izquierda anti-totalitaria. Y la izquierda es POR ESENCIA anti-totalitaria, al menos la izquierda en la que elijo reconocerme.

Son cosas que hay que tener MUY claras en días como estos y en días mejores también. ETA, matando, se debilita a sí misma moral y políticamente. De hecho, ETA no es un sujeto político ni puede decir nada en nombre de los vascos a quienes lleva 40 años oprimiendo. Hay un conflicto sí, y ETA es su principal responsable. En cuanto a Batasuna, más le valdría renunciar a su subordinación permanente y lacayuna al amo militar-fascista. Es hora de romper con el miedo en Euskadi a la mafia de los totalitarios que asesinaron a José Luis López de Lacalle, compañero comunista. ETA, los señoritos y terratenientes de las bombas, enemigos de clase por tanto, son los auténticos especialistas en desesperación de nuestra sociedad. Ni uno sólo de sus crímenes tiene justificación posible.

La palabra Diálogo no puede convertirse en una suerte de talismán mágico que acaba por no saberse qué quiere decir. El diálogo tiene que tener imprescindiblemente condiciones y contenidos, claro que sí. Dialogar sin contenidos ni reglas y hoy por hoy sin interlocutor válido es garantía de fracaso. Dos no dialogan si uno no quiere, y desde luego dos no dialogan si uno te mata o lo intenta. IU lo ha dicho por activa y por pasiva, sólo es posible el diálogo en ausencia de violencia. Por tanto dialoguemos entre las fuerzas democráticas, entre los ciudadanos, en primer lugar acerca de cómo defendernos pacíficamente a nosotros y a los bienes morales de nuestra sociedad de la dictadura del terror. Si hemos comprendido que la política no es nunca la continuación de la guerra por otros medios, ETA debe asumir que debe dejar de dar continuidad al franquismo con los mismos medios totalitarios de éste. ETA equivale moralmente, y a menudo metodológicamente, al franquismo punto por punto.

No por repetido es menos cierto: ETA no tendría ningún poder si nadie le tuviese miedo porque su poder nace exclusivamente del miedo. El miedo, que tan barato les sale a los asesinos, nos cuesta a los demócratas nada menos que la Libertad y en 819 ocasiones, la vida. La subordinación a su proyecto totalitario y la tutela opresiva de la vida política que ETA viene ejerciendo despiadadamente, sólo es posible en la medida en que impone con el terror supuestos que no tienen cabida alguna desde la razón, la historia o la izquierda. Por tanto, lo que más puede temer ETA es a que su terror deje de ser efectivo: sería la pérdida efectiva de su poder. Es algo que podemos afirmar que empieza a suceder hace tiempo: la legítima reacción de los indignados acorrala a los indignos etarras. La superioridad de todo tipo de la sociedad sobre sus verdugos acabará desbordando a estos. Ciertamente, ETA es hoy al menos 819 veces más débil que en 1959. Sus empeños son tan escandalosa y patentemente inútiles que se ahogan en su propia melancolía. Extrañamente para ellos, cada nuevo atentado, no hace sino crecerse a sus enemigos, expulsándoles de la política y la vida. Sólo el diálogo con reglas y contenidos puede traerlos de vuelta a la sociedad, la civilización y la humanidad, mientras que las bombas y la melancolía los alejan de ellas.

Siempre he pensado que en política conviene huir siempre de toda visceralidad (aunque siempre con apego a todos los sentimientos de humanidad), y analizar la realidad con racionalidad, responsabilidad y mesura y buscando el bien común (después del análisis es cuando se puede determinar la acción política a seguir con determinación, pero no antes). Es lo que pretendo con esta breve reflexión.

En mi opinión ETA ha acreditado su nula voluntad actual de paz y su nula representatividad del pueblo vasco, que sí la desea y exige. Eso no significa que no haya que intentar salvar el proceso en la medida de lo posible ya que el clamor ciudadano está exigiendo la paz, ampliándolo a la participación más amplia de todos y todas. En todo caso, y aunque sin duda el Gobierno y otras fuerzas políticas han cometido errores, han hecho muchísimo más por la paz que ETA de la que hay que más que dudar de su voluntad real de solucionar el conflicto que hoy ha avivado. En cuanto a Batasuna, trazó un esperanzador camino en Anoeta del que también es políticamente razonable preguntarse hoy cómo lo piensa seguir.

Nadie duda de que el problema vasco es complejo y no debe simplificarse, pero la prioridad absoluta para todos debe ser la paz, es lo que realmente está exigiendo la ciudadanía. Por tanto, a quienes se pierden en su propio laberinto de intereses particulares o se creen encadenados sin remedio a un pasado de violencia hay que decirles lo siguiente: “¡¡¡Es la paz, estúpido!!!”. Parece casi imposible pero sabemos que en otros países los demócratas lograron convencer y hacer ver a los terroristas de que en civilización, el instrumento para reivindicar y entenderse es la política y de que hay bienes que pertenecen a la comunidad en su conjunto por los que merece la pena abandonar las armas y reconocer pasados errores. Estos bienes son la paz, el entendimiento, la justicia, la democracia, la libertad y la reconciliación: son la respuesta, objetivo, fin y solución a todo conflicto humano y es lo que los pacíficos podemos poner sobre la mesa ante todo.

Personalmente, me parecería muy apropiado que se hiciese hincapié más que nunca desde las fuerzas de izquierdas que ETA no puede reclamarse en ningún sentido como organización de izquierdas pues no es de izquierdas ninguna organización que actúe contra los derechos humanos individuales y colectivos, contra la democracia. Si acaso, yo llamaría a quienes pusieron la bomba los últimos “especialistas en desesperación”. Pero estoy convencido de que nosotros, ciudadanos democráticos, y ciudadanos de izquierdas, somos especialistas en Esperanza y Fraternidad, en la Justicia e Igualdad de los Derechos Humanos, en Humanidad por tanto, y ganaremos la Paz. Volquémonos con absoluto entusiasmo en el futuro, porque el futuro es la paz y sin paz... no hay futuro.